Esmirna Lazo (español)

Montañas y cactus corpulentos rodeaban la carretera que nos llevó al pueblo de Esmirna. La mayoría de las milpas que vimos estaban vacías, con su tierra descansando entre ciclos de siembra y cosecha, un intermedio de temporadas. Una columna de humo lislique se levantaba a la entrada del pueblo, donde un grupo de hombres quemaban un montón de paja mientras bebían algo espeso de botellas de plástico sin etiquetas. Esmirna, como la mayoría de las tejedoras de la comunidad, aprendió el oficio de su familia. Utiliza tintes naturales, lana de alta calidad y telares de pedal. Su esposo me enseñó a usar los telares y Esmirna me mostró la forma correcta de moler índigo y cochinilla en el metate. Tuve que contener la respiración para que el delicado polvo de pigmento no se dispersara en el aire. Mi sudor gordo rodaba lentamente por mi rostro, amenazando con arruinar miles de pesos en polvo de cochinilla. Esmirna me observaba con amabilidad, entretenida con los movimientos desarticulados y excéntricos de mis brazos mientras le daba vueltas tomando fotos. Mi entusiasmo estaba a la par con las carreras esporádicas y misteriosas de su perro. La creatividad de Esmirna emana de su serenidad. Y la calidad de su obra refleja la elegancia sutil de las pinturas japonesas Sumi-e y la armoniosa vitalidad del diseño Bauhaus. Cuando salí del pueblo, un segundo montón de paja ardía con llamas jóvenes, sin el grupo de hombres que lo atendía. Sólo quedaba un perro dormido junto al fuego.

  • Hola Esmirna. ¿Cómo se llama la técnica de tejido que haces?
    Telar de pedal.

  • ¿Es una técnica producto del mestizaje o existía antes de los españoles?
    Yo creo que los españoles trajeron el telar.

  • ¿Tú cómo aprendiste la técnica?
    Pues de mis papás y mis abuelos, ya tiene mucho. Se dice que aquí en Teotitlán del Valle, un padre que venía de España trajo el telar de pedal. Pero primero fue el telar de cintura.

  • ¿Qué significa telar de cintura? 
    Sí, el telar se amarra de un árbol a la cintura, se sienta uno y empieza uno a tejer. Como los triquis en Oaxaca, no sé si has visto, a veces están en las calles tejiendo.

  • Ya entiendo, la tradición era el telar de cintura y un padre español trajo el telar de pedal. ¿Y esta tradición se enseña de mujer a mujer?
    Sí, sí, aquí es una costumbre. Todos los días uno se levanta y tenemos que hacer el quehacer. Pero ya terminando el quehacer, entonces ya nos ponemos a tejer en los telares.

  • ¿A qué hora te levantas tú?
    Pues como a las 6:00 de la mañana.

  • ¿Platícame cómo es tu día?
    Me levanto a las 6, a veces salimos a correr un ratito, a caminar, regresamos y limpiamos la cocina, terminamos, nos vamos al mercado a comprar, regresamos, desayunamos, lavamos los trastes, terminamos de lavar los trastes y ya nos metemos un ratito al telar.

  • ¿Cuántas horas tejes?
    Entramos como a las once y salimos como a las dos para hacer la comida. 3 horas. Y después de la comida, como a las cuatro o cinco, entramos otra vez hasta las ocho o nueve de la noche, a veces hasta las diez. Son como 8 horas al día.

  • ¿Eres buena para correr?
    Un poquito nada más, trotamos a veces como 5 km.

  • ¿Tienes un día de descanso?
    Pues los domingos, supuestamente. Pero son los días que tenemos que limpiar, barrer y lavar los trastes. Ese día no tejemos, pero hacemos los quehaceres de la casa.

  • ¿Cuántas piezas produces por semana?
    Si es un tapete tiene mucho que ver el diseño. Si es un diseño laborioso, entonces avanzamos muy poco, unos 10 o 15 cm al día. Y si es un tapete de 1 metro y medio de largo por 80 de ancho, a veces nos llevamos la semana entera.

  • ¿En cuanto vendes un tapete de ese tamaño?
    Varía mucho, es que hay en tintes naturales y en tintes artificiales.

  • ¿Recuerdas cuando aprendiste a tejer?
    Pues a mí no me querían enseñar, porque mi papá decía que era  trabajo de hombres. “Lo que las mujeres tienen que hacer es estar en el metate y hacer las tortillas”. También decía: “La escuela no es para ustedes, porque cuando se casen ustedes van a tener que hacer tortillas, comida, alimento para sus hijos, en el comal no van a escribir números, van a hacer tortillas, entonces lo que tienen que hacer es dejar de estudiar y aprender a hacer las labores de la casa.”

  • ¿Y cómo lo convenciste para que te enseñara?
    Pues yo veía cómo lo hacían y ya poco a poco le fui diciendo a mi mamá que me enseñara. Dejé de estudiar y obligadamente me enseñaron.

  • ¿A tu mamá, quién le enseñó?
    Mi papá. Ella viene de una familia de cocineras tradicionales de aquí del pueblo. Mi abuelita también era cocinera tradicional, ella hacía comida en las mayordomías.

  • ¿Qué es una mayordomía?
    Es cuando en la iglesia tienen que vestir a un santo en el día de su cumpleaños y hacer una fiesta, invitar a la comitiva de la Iglesia y a sus familiares más cercanos. Entonces mi abuela hacía bastante comida. También cocinaba para bodas, 15 años, y otros compromisos.

  • ¿Qué significa ser cocinero o cocinera tradicional?
    Hacen las comidas que se utilizan aquí en la comunidad, la comida que se come aquí en el pueblo.

  • ¿Y la gente que cocina comida tradicional sigue utilizando los productos que hay en el pueblo?
    No todos. Ya no hay tantas milpas como antes.

  • ¿Qué cantidad de los ingredientes que se usan en la cocina tradicional de tu pueblo son de la región?
    Como el 80%, el resto viene de la ciudad.

  • ¿Cuánto tiempo tienes trabajando en telares?
    Desde los once años, ahorita tengo 45 años.

  • ¿Le has enseñado a alguien más?
    Sí, a mis hijas, a mi hijo.

  • ¿Y les ves con ganas de seguir?
    Si, todos ellos trabajan en los telares.

  • ¿La gente joven quiere seguir la tradición en los telares?
    Aquí en la comunidad se sigue. Mi hijo sigue trabajando aunque estudie los fines de semana. Está a punto de terminar su carrera. En sus días libres está en su telar tejiendo.

  • ¿Todos tus telares son iguales?
    Son iguales, lo que cambia es el tamaño. Por ejemplo, con este se tejen tapetes de dos metros de ancho por un metro de largo. El que está tejiendo mi hijo es de un metro y treinta centímetros de ancho por 2 metros de largo.

  • ¿Cuando alguien está aprendiendo a tejer usa un telar distinto con telas menos costosas?
    No, desde que empiezas el material es el mismo. Lo que cambia es la calidad del tapete. Porque no es lo mismo un tapete de principiante a un tapete de alguien que tiene diez o veinte años tejiendo.

  • ¿Tú en qué  notas la experiencia de un tejedor?
    ¡Ah, en la orilla! Se ve mucho en el cerrado del hilo. Como en la música, uno se da cuenta. Porque yo igual tengo una hija que es música.

  • ¿Qué instrumento toca?
    Toca el corno francés.

  • Platícame un poco de los materiales que usas.
    Utilizamos lana de Tlaxcala. Porque ahorita ya no hacemos el hilado. Lo compramos por pacas porque es muy laborioso. Se tiene que  lavar la lana, peinarla, hilarla. ¡Imagínense cuánto tiempo llevaríamos haciendo un solo tapete si también tenemos que teñir los colores, lavar, desenredar y hacer madejas!

  • ¿Los pigmentos de qué están hechos?
    Yo estoy trabajando tintes naturales, grana cochinilla, índigo, pericón, cáscara de nuez y cáscara de granada.

  • ¿Los conozco casi todos pero, qué es el pericón?
    El pericón es una planta que se da en noviembre. Se da en la Sierra. Ahorita no hay porque sólo crece después de la lluvia. No hay todo el tiempo, nomás una vez al año.

  • ¿El pericón está en peligro de producción por la falta de agua en Oaxaca?
    No. Esa se da sola, pero solo en la sierra, en las montañas altas, muy lejos. Nos la traen las personas que viven en la sierra.

  • ¿Y la grana cochinilla por qué no la produces tú?
    La compramos porque no pueden estar al aire libre. Los nopales que tengo allí son para grana cochinilla, pero hay que tenerlos en un lugar cerrado porque se pueden plagar. La lluvia viene, se mojan y se escurre el color. Después vienen los pajaritos y se las comen. Entonces, hay personas que se dedican sólo a producir la grana cochinilla. Además tienen que pasar de seis a siete meses para poder recolectarla. También tiene el riesgo de que se seca.

  • Me imagino que había familias que producían la lana, los pigmentos, que teñían y tejían.
    Sí, sí, aquí en Teotitlán todavía hay personas que hacen eso, pero es muy raro, ya nomás hay como un 5% de las personas que hacen todo.

  • Imagino también que es una decisión por cuestiones económicas.
    No vale la pena hacer la lana, producir los pigmentos y además tejer. El índigo y la cochinilla están carísimas, están a más de 4000 pesos por kilo.

  • ¿Ustedes venden hilo teñido?
    No vendemos hilos, nos gusta teñirlos para nuestros tapetes. Además, nunca salen igual porque el proceso es natural. La grana cochinilla reacciona de diferentes maneras. A veces sale muy roja, a veces sale muy opaca. A veces sale como café.

  • ¿En qué te inspiras para hacer los diseños?
    En lo tradicional, las grecas, los diamantes. Utilizamos las imágenes que están en las ruinas, figuras geométricas. También depende mucho de tu estado de ánimo. Con el paso ves cómo vas a combinar los colores. A veces no nos damos cuenta, tiene que ver mucho mi estado de ánimo, si estoy enojada, triste o alegre

  • ¿Cuál es tu historia favorita para tejer?
    Por ejemplo, la historia de las lluvias y de las montañas. Como estamos entre los valles, las lluvias son bendición.

  • ¿Alguna vez te falla la imaginación?
    No, siempre le metemos un detalle acá, otro detalle allá para que se vea diferente.

  • ¿Cuál es tu estilo?
    Siempre depende del momento. A veces meto un detalle, unas franjas, unas trencitas. Uno se inspira mientras lo vas haciendo. Sacó los colores y voy viendo, voy haciendo mis madejas y empiezo a combinar los colores.

  • ¿El diseño cambia con los días?
    No, no, desde un inicio decido el color y el diseño. Se tiene que terminar como se empezó. Porque para cambiar los hilos cuando te equivocas es difícil. No cuentas bien y tienes que desatar para ver dónde está el error y empezar nuevamente. A  veces estás distraído haciendo otra cosa por acá y algo se te fue y la consecuencia es un día de trabajo.

  • ¿Cuando tejes con sentimientos fuertes, tus sentimientos se traducen a tus tejidos?
    Si estoy enojada no salen muy bien. Pero a veces, lo chistoso es que trabajo así, tal y como me siento, y ese es el primer tapete que se vende. Y cuando estoy muy dedicada y centrada en lo que estoy haciendo, el tapete se queda por un largo tiempo.

  • ¿Conoces otros lugares de México?
    Hemos ido a Tampico, Puebla y Veracruz.

  • ¿Qué aprendiste en esos viajes?
    Combinación de colores y diseños distintos. Técnica de tejidos diferentes.

  • ¿Has tenido oportunidades de colaborar con otros artesanos?
    Yo pienso que uno es celoso con su trabajo. Aquí en Teotitlán si le preguntas a alguien cómo le hace, no te va a decir.

  • ¿Te imaginas viviendo en otra parte de México?
    No. En Oaxaca lo tenemos todo. Una vez nos tocó ir a Tampico, ahí no había ni comida, te cocinan un huevito y te cuesta como 150 pesos. Aquí llega uno al mercado y hay mucha comida, casi regalada. Aquí hay comida fresca, recién hecha, aquí no se come comida de ayer o de antier. Cuando salimos a la ciudad o a otros estados batallamos mucho. Hay estados en los que se consume mucha grasa. Hemos visitado partes donde es un dolor de cabeza, la gente está corriendo de un lado a otro. Nosotros estamos en la gloria, si queremos, nos levantamos a la hora que queremos, salimos al mercado y regresamos tranquilos, no tenemos tanta presión.

  • ¿Usando la imaginación, si la Ciudad de México fuera un animal, qué animal sería?
    Ay, no sé. Un correcaminos, todo el tiempo está corriendo.

  • ¿Para ti, cuáles son las cosas imprescindibles para que un ser humano sea feliz?
    Pues estar bien consigo misma,  tener salud. Porque si no estás bien contigo mismo, pues los de alrededor no van a estar bien porque estás enojado y gritando todo el tiempo, peleando y discutiendo. Entonces no hay armonía, no hay armonía dentro de ti, ni en tu trabajo, ni a tu alrededor.

  • ¿Algo más?
    Tener material para trabajar, tener alimento.

  • ¿Tú cómo haces para estar bien contigo misma?
    Confiando en Dios. Ahora la gente se para en un semáforo y ya están en el celular como si el celular fuera la vida.

  • Es como un hoyo de energía
    Sí, porque te metes en el celular y pierdes horas en el celular sin obtener algo.

  • ¿Cómo te imaginas tú que es para la gente que emigra a Estados Unidos dejando sus tradiciones y el ambiente que conocen.
    Pues es muy difícil. Yo también en algún momento traté de emigrar, pero llegando a la frontera vi como estaba la situación. Te arriesgas mucho, tienes que dejar a la familia, tienes que dejar la casa. Es un comienzo del que no sabes que rumbo va a tomar.

  • Platícame más de esa experiencia.
    Sí, pasé por muchas situaciones, muchas decadencias. A veces no había dónde dormir, dónde comer, no había trabajo. Entonces, cuando tengo un arte entre mis manos y sé que por ahí puedo, no vale la pena emigrar. Tenemos una riqueza que no valoramos. 

  • ¿Sueñas en las noches?
    A veces sí.

  • ¿Recuerdas tus sueños?
    La última vez soñé que íbamos caminando con mi esposo y mis hijos. No sé a dónde íbamos pero era todo verdoso. Había muchos árboles y nos sentamos. Llegamos a un lugar donde íbamos a comer pero llevábamos comida.

  • ¿Fue un sueño agradable?
    Sí.

  • ¿Tienes pesadillas?
    No me acuerdo muy bien… Sentí cómo que salía de mi cuerpo, veía yo cómo salía de mi cuerpo. Mis hijos y toda la familia estaban llorando. Veía como ellos estaban ahí, llorando y yo ya no me podía levantar. Sentí literalmente que salí y me fui a un lugar, vi una luz bien blanca, más o menos como que llegué a la presencia del ser superior. Veía vestiduras blancas, una luz, pero resplandeciente, sí. Desperté y sentí un vacío.

  • ¿Qué hiciste cuando despertaste totalmente?
    Llorar y llorar.

  • ¿Tus padres siguen vivos?
    No, mi papá ya tiene como treinta años que falleció.

  • ¿Y tus abuelos?
    No, ya no.

  • ¿De tu infancia que recuerdas?
    Que iba a la escuela. Mi mamá vive en el cerrito que está hasta allá lejos. Entonces, teníamos que bajar corriendo a la escuela y regresar. Cada cosa que faltaba nos mandaban a nosotros corriendo y teníamos que cruzar un río. Ahora ya hay puentes, pero antes teníamos que cruzar entre las piedritas y a veces había agua. y varias veces nos caímos en el camino. Una vez nos caímos se me rompió un huevo que compré en la tienda. Era lo más valioso que tenía.

  • ¿Cómo te gustaría vivir los últimos años de tu vida
    Me gustaría estar bien conmigo misma y tener salud. más que nada tener salud porque cuando uno está enfermo, aunque tienes muchas cosas y estás enfermo, no puedes.

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